Los ángeles pueden cambiar su vida. Y todo lo que tienen que hacer es pedirles que lo ayuden. Tan solo eso.

Vamos a contemplar alquímicamente esta decisión, analizando sus cuatro condiciones necesarias: querer, poder, saber y atreverse.

Antes de comenzar, visualice luz azul a su alrededor para protegerse de las malas energías (la luz de San Miguel Arcángel, la luz que lo cubrirá), respire profundamente y si vienen malos pensamientos, repita en su mente o en voz alta "LA SANGRE DE CRISTO ES MAS FUERTE" REPITA TRES VECES.

 1) Querer: es fundamental para entablar comunicación y que desea realmente pedir ayuda a los planos superiores de la existencia. El querer es el motor indispensable, si el motor falla o no existe no habrá posibilidad alguna de llegar a la meta.

2) Poder: todos podemos y todos pueden.

3) Saber: en realidad no existe normas establecidas. Cualquier llamada, intento de dirigirnos a ellos que sea sincero, de corazón, con confianza y respeto será escuchado y atendido. Sin embargo, para evitar interferencias, es bueno tener en cuenta las siguientes indicaciones:

a) evitar las prisas y la precipitación. Para poder comunicarnos con ellos la mejor arma es la armonía, tranquilidad, en un lugar tranquilo, tanto interior como exterior.

b) Tener siempre presente el inmenso poder creativo de la palabra.

c) Tratar de usar siempre el tiempo presente. En el mundo espiritual no existe el tiempo pasado ni futuro. Y le resultaría complicado captar nuestra petición.

d) Es necesario expresarse siempre de manera positiva. Ejemplo: no debemos pedir “que no pierda mi puesto de trabajo” o “que no se muera mi marido” sino “mantener mi trabajo” o “que mi marido disfrute de salud y el amor que reine en nuestro matrimonio”. Al usar frases negativas, aun sin ser conscientes de ello estamos imaginando la pérdida, la derrota y es eso lo que transmitimos, en consecuencia, es muy probable que eso obtengamos.

e) Ser muy cuidadosos, pues recibiremos exactamente aquello que estamos pidiendo.

f) Ser claros y precisos y tratar de evitar las incongruencias.

A los ángeles les disgustan las tonterías. No debemos caer en el absurdo de la clásica oración jocosa: “Señor, dame paciencia, ¡pero la quiero ya!”, ni del que  pedía que su esposa le fuera fiel, para poder él atender tranquilamente a sus diversas amantes.

g) Finamente es importante dar las gracias. Esto cierra y concluye el ciclo. La acción de gracia consolida lo obtenido y nos confiere título de propiedad sobre ello. Omitirla es como dejar abierto un circuito, por el que puede escaparse la energía con efectos indeseados.

4) Atreverse: el paso más decisivo es atreverse a abordar un tipo de comunicación y de relación totalmente diferente. ¿Qué hace falta para despertar? No es necesario ni esfuerzo, ni juventud, ni razonar demasiado. Solo se necesita la capacidad de pensar algo nuevo, de ver algo nuevo y de descubrir lo desconocido.

Atrevámonos a iniciar una comunicación con los ángeles y a pedirles su ayuda, pero manteniendo la mente totalmente abierta, sin querer por fuerza enojarlos en nuestras ideas preconcebidas.

¿Y qué podemos pedir a los ángeles?

En realidad no existe limitación alguna a lo que podamos pedirles, cualquier cosa que necesitemos, ya se trate de bienes materiales, mentales o espirituales, con la confianza que nos serán concedido. “Todo lo que pidieres en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21-22), siempre que no exista impedimentos de un orden superior y siempre que su consecución sea positiva para todos y no perjudique a nadie. 

También puedes comunicarte a través del correo de los ángeles. Se trata de escribirles una carta, de la manera más clara y concisa que pueda aquello que lo preocupa y para que desee hallar una solución. Es importante la claridad. Podemos seleccionar al ángel destinatario según sea nuestra petición, o podemos dirigirlo a nuestro ángel de la guarda, encomendándole que se ponga en contacto con el ángel o grupos de ángeles especializados en el tema del que trata nuestra petición. Por ejemplo: si pide salud invoque a San Rafael. Las palabras deben ser fluidas por sí mismas. Podrá expresar cuanto desee y podrá pedir su ayuda para todos los asuntos que lo necesitan. Una vez que haya puesto todas sus peticiones, dele las gracias por anticipado y firme. Es conveniente meter la carta en un sobre cerrarlo definitivamente y guardarlo en un sitio especial suyo, o también puede quemar y visualice que el humo le lleva el mensaje a su destinatario. Elija el método que desee. En caso de duda pregúntele a su ángel, él buscara la forma de transmitirnos las respuestas (podrá ser en sueños, o apreste atención a las señales). Es importante incluir en alguna parte la frase: “para el mayor bien de todos los implicados”. Finalmente nunca olvide dar las gracias.