San Rafael Arcángel

Su nombre significa:"Medicina de Dios"

Día en su honor:JUEVES 

Propicia:Curacion. Verdad. Optimismo. Vence la falsedad. Presente en lugares en que se necesita su auxilio en caso de dolor o enfermedad

Velas:Verdes para sanación física. Blanco para sanación espiritual. 

CATEGORIA:ANGELES DE LA SALUD

COLOR DE IDENTIDAD:Verde

SU DIA SE CELEBRA:29 de Septiembre y 24 de octubre
 

LO QUE PODEMOS PEDIRLE:

Salud física, mental, emocional y espiritual.Curación de cuerpo y mente.Visión espiritual para interpretar adecuadamente las enseñanzas del dolor y la enfermedad en beneficio de nuestro crecimiento. Ayuda para hallar la armonía interna.

OTROS DONES:

Es el compañero ideal para que todo nos salga bien en los viajes.Salud,sanar a todo nivel emocional,mental,físico y espiritual,nos da el don de la transformación.

 

 

Es el arcángel  de la curación, la integridad, la unidad y la verdad.De el  emana el poder curativo de lo divino.

 

Su Invocación:

Amado  Arcángel  Rafael (3 veces) acude (3 veces) envuélveme (3 veces) con tus ángeles de luz verde. Ayuda  a mi cuerpo a recobrar la salud. Poned remedio a mi dolor, físico, emocional o mental. Ayúdame en mi curación y a restablecer (lo que se quiera curar). Asísteme en mi trabajo curativo. Curad mi espíritu herido. Amén.

 

Oración al Arcángel San Rafael:

Glorioso Arcángel San Rafael medicina de Dios, que guiaste a Tobias en su viaje para cobrar la deuda de Gabelo le preparaste un feliz matrimonio y devolviste la vista a su anciano padre, guíanos en el camino de la salvación, ayúdanos en las necesidades haz felices nuestros hogares y danos la visión de Dios en el Cielo. Amen

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Patrono de los médicos; farmacéuticos; enfermeros; personas ciegas y con problemas visuales; personas con problemas mentales; enfermos; jóvenes; amor; parejas; viajeros; pastores. Protector contra las enfermedades, en especial de la vista; problemas mentales; pesadillas.

 

San Rafael es uno de los siete espíritus que están siempre delante de Dios, y le ofrecen el incienso de su oración y de la de los hombres. “Cuando tú orabas –dijo San Rafael a Tobías– con lágrimas, y enterrabas los muertos, y te levantabas de la mesa a media comida, y escondías de día los muertos en tu casa, y los enterrabas de noche, yo presentaba tu oración al Señor. Y por lo mismo que eras acepto a Dios, fue preciso que la tentación te probase”.

Tobías quedóse ciego; pero “la pérdida de la vista –dice San Agustín–, fue ocasión de que el venerable anciano recibiese la visita de un médico celestial”. San Rafael, cuyo nombre significa “Medicina de Dios”, fue enviado por Dios, como el ángel agitador del agua de la piscina probática, para curar a Tobías. Indicó al joven Tobías el remedio a propósito para devolver la vista a su padre, le buscó una esposa y ahuyentó al demonio.

“Alabemos con muestras de veneración a todos los príncipes de la corte celestial, y en especial al Arcángel Rafael, médico y compañero fiel, vencedor del demonio. ¡Oh, Cristo, Rey bondadosísimo! Haz que, con tal guarda, el enemigo no nos cause daño alguno”.

“Que el Arcángel Rafael, médico de nuestra salvación, nos asista desde el cielo, a fin de que sane nuestras dolencias, y guíe nuestros pasos vacilantes a la verdadera vida”.

 

ORACIÓN A SAN RAFAEL ARCÁNGEL:

Gloriosísimo príncipe San Rafael, antorcha dulcísima de los palacios eternos, caudillo de los ejércitos del Todopoderoso, emisario de la Divinidad, órgano de sus providencias, ejecutor de sus ordenes, secretario de sus arcanos, recurso universal de todos los hijos de Adán, amigo de tus devotos, compañero de los caminantes, maestro de la virtud, protector de la castidad, socorro de los afligidos, médico de los enfermos, auxilio de los perseguidos, azote de los demonios, tesoro riquísimo de los caudales de Dios. Tú eres Ángel Santo, uno de aquellos siete nobilísimos espíritus que rodean al Trono del Altísimo.

Confiados en el grande amor que has manifestado a los hombres, te suplicamos humildes nos defiendas de las asechanzas y tentaciones del demonio en todos los pasos y estaciones de nuestra vida, que alejes de nosotros los peligros del alma y del cuerpo poniendo freno a nuestras pasiones delincuentes y a los enemigos que nos tiranizan, que derribes en todas partes, y principalmente en el mundo católico, el cruel monstruo de las herejías y la incredulidad que intenta devorarnos.

Te pedimos también, con todo el fervor de nuestro espíritu, hagas se dilate y extienda más el Santo Evangelio, con la práctica de la moral. Que asistas al Romano Pontífice y a los demás pastores, y concedas unidad en la verdad a las autoridades y magistrados cristianos.

Por último te suplicamos nos alcances del Trono de Dios, a Quien tan inmediato asistes, el inestimable don de la gracia, para que por medio de ella seamos un día vuestros perpetuos compañeros en la gloria. Amén.